lunes, 19 de diciembre de 2016

CONSIDERACIONES Y REFLEXIONES ENTORNO A LA INTEGRACIÓN ENTRE CIENCIA Y FE CRISTIANA PARA LA APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA PSICOLOGÍA PASTORAL.



REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA.
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR.
CENTRO NACIONAL DE TEOLOGÍA SUPERIOR “MILLENIUN”.
CONVENIO: UPEL-CENTESUM.
PSICOLOGÍA PASTORAL.







CONSIDERACIONES Y REFLEXIONES ENTORNO A LA INTEGRACIÓN ENTRE  CIENCIA Y  FE PARA LA APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA
PSICOLOGÍA PASTORAL.




Autor:
Rolando Bracamonte Parra
C.I. V.-12622226



San Cristobal, Diciembre, 2016

INDICE.
I.-Introducción.
II.-Desarrollo.
1.- El Cristianismo y la ciencia.
2.- Breve retrospectiva histórica sobre la relación de la iglesia cristiana protestante y la psicología.
3.- Principales obstáculos para la integración entre la psicología y la fe cristiana.
4.- Elementos del fundamentalismo evangélico que han afectado la relación con la psicología.
5.-La Integración de la fe y la ciencia.
6.-Conceptos básicos de integración entre la psicología y la fe.
7.-Fundamentos epistemológicos de la ciencia.
III.-Conclusiones.
IV.-Bibliografía.

INTRODUCCIÓN.
            Las ideas que se expondrán a continuación conciernen a los aspectos considerados medulares  en  la relación entre la fe y la ciencia, y como la integración de ambas repercute en el ejercicio de la psicología pastoral.
 La problemática integracional es compleja porque los lenguajes, los métodos, los objetos de estudio, y las ideologías asociadas son claramente distintas. Los criterios de verdad reconocidos por la ciencia no son los propuestos por el cristianismo y viceversa. Para entender esto será necesario revisar la historia, notar la polarización que se ha dado, y plantear los modelos de integración propuestos.
Además se estudiarán las definiciones de psicología, teología y pastoral, y los respectivos abordajes que desde la consejería apuntan a los conflictos psicoespirituales a fin de cambiar estructuras y rasgos conductuales.

DESARROLLO.
1.- El cristianismo y la ciencia.
“Dios se manifiesta al ser humano a través de la revelación especial (Biblia) y de la revelación general, la cual nos permite acceder a un conocimiento de Dios por medio de la creación”, según refiere Felipe Cortés.  En otras palabras, las personas podemos llegar a darnos cuenta que hay un Dios creador tras la observación, percepción y descubrimiento de aspectos relacionados con la naturaleza y con el ser humano mismo, por ello se dice que las ciencias nos permiten acceder a un conocimiento de Dios. Esto es posible dado que ellas investigan al ser humano y aquellos aspectos que lo afectan de algún modo, y que no son evidentes a simple vista para un observador.
 La psicología, que es un área de estudio dentro del campo de las ciencias sociales, podemos verla, sobre la base de lo expuesto anteriormente, como una dimensión de la creación de Dios que se encarga de investigar más profundamente aspectos asociados con la persona, desde una perspectiva de su dinámica mental y que se refleja por medio de las conductas. Por lo anterior, su estudio puede ser una útil herramienta en manos de un creyente, quien no solo puede darse cuenta de su utilidad práctica, sino que también logra visualizar a la psicología como un medio más que Dios nos ha dado para entendernos, ayudarnos y prepararnos para apoyar a nuestros semejantes. Aquí es importante recalcar que la psicología debe ser entendida como un complemento de los elementos provistos por la «revelación bíblica». Los aportes de esta disciplina cobran un sentido de mayor profundidad en la medida que se la observa desde una perspectiva cristiana. No es que la psicología o sus postulados dejen de existir si no se basan en un fundamento bíblico, más bien la perspectiva cristiana aclara, sustenta y le da sentido al quehacer científico. Un científico cristiano se aproximará a una determinada disciplina dejando que Dios, por medio del accionar del Espíritu Santo, lo oriente en su interpretación de los elementos de la «realidad» que percibe.
Algunas de las características que presenta la psicología como disciplina científica corresponden a:
a.) La psicología ofrece modelos teóricos o mapas acerca de cómo describir y entender la «realidad». Sin embargo, un mapa es solo eso, un mapa o modelo que intenta «acercarse» lo más fielmente posible al territorio que pretende presentar, pero que no logra reemplazarlo. La utilidad del mapa puede variar según la cantidad de elementos con que cuenta y la relevancia de los mismos. En este sentido la psicología ofrece distintos tipos de mapas que intentan describir, explicar y predecir la conducta del ser humano, pero estos modelos no son los procesos ni las conductas que las personas emiten.
b.) Muy ligado con lo anterior está el hecho de que, si bien las ciencias sociales, y en particular la psicología pretende ser descriptiva y explicativa, ella no logra proveer una completa explicación del porqué de la conducta humana. En este sentido es importante resaltar lo tremendamente beneficioso que resulta el integrar y complementar los aportes que pueden proporcionar distintas disciplinas, distintos modos de conocer o diferentes enfoques acerca de un mismo hecho. Aquí no se trata de juntarlo todo, sino más bien de examinar distintas posturas, teorías, formas de explicar un mismo fenómeno, etc., y a partir de ello extraer lo más relevante y atingente. Así como tener como base una visión que permita integrar la diversidad dentro de condiciones de coherencia interna, con el fin de que al enfrentarnos a una situación contemos con los «mejores» elementos a mano para su explicación, resolución, predicción, etc.
c.) Las ciencias están preocupadas de generar conocimientos, describir y explicar aquellos ámbitos a los que cada uno se aboca, pero ellas no definen límites o responsabilidades por la utilización de los conocimientos que se derivan de ella. También, dependiendo del modelo o teoría que se utilice, no logran definir con precisión cuál es o hasta dónde llega la responsabilidad del individuo en sus actos. En este punto se hace relevante contar con un marco de referencia más amplio que guíe, oriente y proporcione criterios, a la vez que nos sitúe a un nivel superior de comprensión de lo que acontece a nuestro alrededor.
Lo anteriormente expuesto, hace pensar que, si bien es cierto la psicología ha logrado importantes avances en la conducta humana, ella puede ser mejor aprehendida y aplicada por un cristiano maduro que busca relacionar el conocimiento del ser humano obtenido a través de la psicología con el conocimiento de Dios y del hombre mismo tal como nos lo revela la Escritura. El cristiano maduro tiene la posibilidad de integrar ese conocimiento dentro de una cosmovisión no solo más amplia sino más «cercana» a la «realidad» del hombre y de la relación de éste con Dios, con sus semejantes y con el resto de la naturaleza, tal como es mostrada y definida en la Biblia. Finalmente, por todo lo mencionado en relación con la ciencia, la psicología y la posibilidad de una integración entre la psicología y los postulados bíblicos, es probable que haya surgido la pregunta acerca de si ¿es posible que exista un modelo de psicología cristiana?, y de ser así, ¿en qué términos ha sido o podría ser postulada? Si bien se cuenta con diversos postulados por parte de autores cristianos, hasta el momento no podemos afirmar que exista un modelo que integre las distintas visiones que surgen en torno a la psicología cristiana; más bien se da el hecho de que hasta el presente no se ha elaborado un modelo que utilice la experimentación y la Biblia, y a partir de cuya integración se elaboren teorías que den cuenta de la naturaleza del ser humano. Estamos en una etapa de integrar aspectos de la psicología y la Biblia, pero aún falta que tales elaboraciones se conjuguen en un todo, que con coherencia y sentido le brinden al cristiano una herramienta útil en su praxis pastoral..

2.- Breve retrospectiva histórica sobre la relación de la iglesia cristiana protestante y la psicología.
En EE.UU. a partir de los años 1920, los diferentes enfoques teologicos causaron reacciones divisionistas entre la iglesia liberal y la conservadora. Estas divisiones también se establecieron en América Latina a través de misioneros «fundamentalistas» de procedencia estadounidense, y mantenidas vigentes por una iglesia nacional que en general ha mantenido una postura teológica «Cristo-contra-cultura».
El ala liberal de la iglesia enfatizó las necesidades sociales; lo que se vino a denominar «el evangelio social». Bajo la influencia del liberalismo alemán se rebelaron contra un punto de vista «pesimista» del hombre y empezaron a buscar soluciones en el esfuerzo humano. Al apartarse de una teología bíblica y de la salvación personal, tornaron su atención más y más en la sociología, la psicología, y la política como medios alternativos para servir las necesidades de la sociedad.
El ala conservadora de la iglesia enfatizó la salvación personal a través de la obra redentora de Cristo, la inerrancia de las escrituras, el cielo y el infierno, y la incapacidad total del hombre. Al separarse del «mundo» y reaccionar contra los liberales se creó una despreocupación en las áreas de acción social y política.
En consecuencia la «psicología pastoral» se desarrolló dentro del ala liberal de la iglesia en la década de 1930 y 1940 en EE.UU. Con la influencia de Sigmund Freud, los pastores ya no vieron a sus fieles como pecadores sino como «enfermos». Los sentimientos de culpa y remordimiento ya no se vieron como virtudes cristianas sino que también podrían  ser el resultado de una formación inhibida que resultara en un superego (conciencia) demasiado estricto. Por lo tanto la meta del pastor-consejero no era simplemente llevar a las personas a aceptar el perdón de Dios por sus pecados, sino el relajar la rigidez de sus superegos crueles. La solución ya no estaba en un renacimiento espiritual, sino en un proceso de crecimiento antropocéntrico.
 La aparición de Carl Rogers en los años 40 también tuvo su impacto en el movimiento liberal de la psicología pastoral. Rogers rechazó la «noción» de que el ser humano era básicamente pecador. Enfocó su atención en la tendencia innata del hombre hacia el crecimiento y la actualización o autorrealización. En un ambiente sano, la gente se desprenderá de sus reacciones negativas y se desarrollarán personas sanas y completamente «funcionantes». Con estas presuposiciones, Rogers desarrolló su terapia centralizada en el cliente proveyéndoles un ambiente clínico «cálido», «aceptante», y «antienjuiciador». Alentó a sus clientes a buscar sus propias soluciones. El consejero no se presentaba como el experto sino como el amigo. Esta posición encajó con la visión positiva de la naturaleza y el potencial del ser humano que tenían los liberales. Incluso, cualquier consejería que le diera mucha atención a la enseñanza bíblica era sospechosa y anticientífica. Una dependencia muy fuerte en la Biblia era un autoritarismo y de «mentalidad fundamentalista».
En las décadas del 60 y 70 el existencialismo y el conductismo tomaron la delantera en lo que es la actividad psicológica en los EE.UU. Sin embargo, ninguna de estas dos escuelas tuvo un impacto significativo en el movimiento de la psicología pastoral. Esta polémica entre estas polaridades ha disminuido paulatinamente en las últimas dos décadas. Las nuevas corrientes de psicología han reconocido que la psicología depende de una teoría del hombre. La antropología filosófica está al frente de estas. En los años 90, surgieron posturas más sincretistas en la aplicación de la psicología en el quehacer del cristiano. La Teoría de Sistemas Familiares ha contribuido tremendamente en el desarrollo de una mirada global. Desde este punto de vista hay sistemas enfermos y no individuos enfermos. Hay una interrelación de causa y efecto entre todas las personas de una familia o grupo. Esta escuela plantea un nuevo paradigma en el abordaje de los problemas, donde se observan más los procesos de interacción comunica-cional entre las personas que las causas individuales. Se desarrolla con esta mirada una cierta humildad ya que el observador es parte de lo observado, bajando así el dedo acusatorio. También, podemos agregar a esto el cambio revolucionario producido en los últimos descubrimientos en la neuroquímica y el desarrollo de fármacos más precisos. Se han detectado y aislado ciertos determinantes de conductas donde dejan sin lugar a duda la necesidad de un tratamiento farmacéutico. Ciertos casos de depresión no podrían tratarse de otra manera. Sin embargo, el daño en esta polarización ya se había producido antes de estas últimas dos décadas y una gran parte del pueblo cristiano aún rechaza la psicología. Todavía se escucha lo dicho por Hobart Mowrer en 1961, un psicólogo «secular» que hizo la pregunta: «¿Ha vendido la religión su primogenitura por un guisado psicológico?». El pastor conservador ha pensado que así es, y tomó la postura de no involucrarse en la psicología. Estos pastores se quedaron 20 años por detrás de sus colegas liberales en su apreciación de la contribución de la psicología en el entendimiento de la personalidad.

3.- Principales obstáculos para la integración entre la psicología y la fe cristiana.
Los principales elementos que obstaculizan la integración entre psicología y la religión protestante fueron sintetizados así por Ricardo Crane:
 1.- Por un lado, la psicología se ha aislado de la fe cristiana por las siguientes razones:
a. El psicólogo no cristiano tiende a tener un entendimiento superficial de la fe cristiana. Pueda que esté lleno de prejuicios y experiencias negativas respecto a la fe que lo han llevado a ignorar y tener un vacío respecto al tema. O simplemente lo rechaza por una predisposición de su corazón, una falta de discernimiento espiritual. De acuerdo a lo que dice Pablo en su Carta a los Corintios, le falta discernimiento espiritual. Y nosotros no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente. De estas cosas estamos hablando, no con las palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, interpretando lo espiritual por medios espirituales. Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente. (1 Corintios 2.12–14)
b.) El psicólogo no cristiano necesita proteger su reputación en medio de la lucha por el reconocimiento científico de la psicología. Como disciplina la psicología tiene aproximadamente 120 años, le costó encontrar aceptación en el campo de las ciencias naturales. Los conceptos de la gracia, la salvación, y Dios no se pueden medir empíricamente, y por lo tanto el que argumenta por la existencia de Dios es mal visto por sus colegas.
c.)En tercer lugar, el psicólogo no cristiano tiene presuposiciones que están en conflicto con la postura cristiana. Las creencias sobre la intervención «sobrenatural» y el «pecado», por ejemplo, se contraponen a las presuposiciones psicológicas del «naturalismo» y «la bondad innata del hombre».
 d.) Finalmente, está la tiranía de las limitaciones del tiempo. Es difícil dominar una disciplina efectivamente, menos aun dos :La teología y la psicología. Para tener una real integración es necesario tomar las dos disciplinas seriamente.
2.-Por otro lado, los cristianos conservadores también se han aislado de la psicología por las siguientes razones:
a.) El cristiano conservador rechaza el naturalismo. La psicología estaba, por supuesto, comprometida a una explicación naturalista. El cristianismo estaba comprometido a una sobrenaturalidad bíblica. El científico «ortodoxo» se atiene a las demostraciones empíricas verificables, y como Dios no es «medible» o «cuantificable», Él queda fuera del conocimiento científico.
b.) El cristiano conservador rechaza las perspectivas anticristianas del ser humano. Cada teoría psicológica hace conjeturas acerca de la naturaleza del hombre y de sus dilemas. Por ejemplo, Carl Rogers dice que el hombre es «bueno» en su esencia, que no necesita un Salvador externo a sí mismo y que Cristo es solo un buen ejemplo a seguir. Estas posturas son incompatibles con la teología conservadora.
c.) El cristiano conservador rechaza el determinismo. Como ciencia, la psicología ha operado sobre la base de que vivimos en un mundo de causa y efecto. El rechazo ha sido en el énfasis estereotipado de que somos irresponsables por lo que nos hicieron. Si nuestra conducta está determinada psicológicamente en los primeros cinco años de vida. Por ende para el cristiano el concepto de causa y efecto lo ha hecho preocuparse más por resaltar su libre albedrío, su responsabilidad personal, y aceptar la intervención directa de parte de Dios en causar cambios.
d.) El cristiano conservador ha rechazado el marcado énfasis respecto al sexo en la psicología, especialmente el psicoanálisis. Ha temido que las normas terapéuticas de equivaler los deseos sexuales a una neurosis,  socavaría las demandas éticas de las Escrituras, y por consecuente, rebajaría las normas morales.
e.) El cristiano conservador ha recibido un enfoque cognitivo en su formación teológica. En la historia de la Iglesia, los teólogos se han preocupado principalmente por una declaración «correcta» de la doctrina dejando de lado la teorización del rol de las emociones y del desarrollo de la personalidad en la vida cristiana, o sea, los temas que han sido desarrollados por la psicología

4.- Elementos del fundamentalismo evangélico que han afectado la relación con la psicología.
El «fundamentalismo» surgió como un movimiento reaccionario en los Estados Unidos en contra del liberalismo religioso que empezó a tener auge a fines del siglo pasado.  En doce volúmenes del libro: The fundamentals,  R.A. Torrey defendió lo que se consideraba el sine qua non de la fe cristiana: 1. Una Biblia inspirada e inerrante; 2. El nacimiento virginal; 3. La redención vicaria; 4. La resurrección; y 5. Los milagros de Jesús. Para el cristiano conservador era necesario explicitar estos puntos en defensa de posturas liberales que negaban estas doctrinas. Estas doctrinas son fundamentales para el cristiano. El problema está en el neofundamentalismo legalista que se quedó siempre defendiendo su postura en forma reaccionaria y negativa. De esta postura negativa se desprenden las siguientes actitudes:
a.)  Actitud de juicio (o de crítica): Hay personas que tienden a adoptar una actitud de juicio frente a otras perspectivas, tanto cristianas como no-cristianas. Crean una actitud de «nosotros-ellos». «Nosotros tenemos la verdad y ellos no». Generalmente esto significa que se corta el diálogo con aquellos que no tienen la misma perspectiva. A estas personas les resulta difícil aceptar nuevos descubrimientos de sí mismo (insight) o de otros.
b.)  Actitud de sospecha: La actitud de juicio a la vez produce suspicacia. El fundamentalista que llega al psicólogo generalmente estará sospechando de lo que va a suceder, y estará muy convencido de que tiene una manera de ver a Dios, al mundo y a la humanidad que es absolutamente correcta. El psicoterapeuta tendrá que desarrollar una estrategia para enfrentar tal rigidez.
c.)   Apegos obsesivos: Flemming sugiere que las iglesias legalistas atraen muchas veces a personas que tienden a adicciones emocionales. Este autor describe adicciones religiosas con las siguientes características:
1. Un enfoque exclusiva de la vida en la religión o la iglesia.
2. Una confianza ciega en autoridades religiosas o sistemas doctrinales.
3. La negación de sus respuestas emocionales a las personas o ideas dentro de una estructura religiosa.
4. Una falta de priorización de actividades religiosas.
5. Un «locus» o centro externo de afecto.
6. La resolución de problemas solamente dentro de la estructura   eclesiástica.
Como en otras adicciones, esta pauta conduce a una disfunción en la vida personal y de la familia (Whipple). No hay duda de que una actitud negativa y legalista hacia la vida y la cultura muchas veces resulta en un patrón de vida adictivo.
Obviamente las iglesias fundamentalistas no están llenas de personas emocionalmente adictivas. Flemming dice que estas iglesias «atraen» a personas así. Todo esto demuestra la necesidad de un desarrollo de una fe madura y propia en el individuo, y a la vez muestra la necesidad de pastores y líderes más flexibles y menos rígidos en su relación con su grey.
5.-La Integración de la Fe  y la Ciencia.
Para poder integrar la fe y la ciencia es indispensable hablar de epistemología. Es decir, de cómo sabemos lo que sabemos. ¿Cómo llegamos al conocimiento?, ¿cómo reconciliamos nuestra creencia con nuestro conocer?, ¿cómo entendemos la relación de nuestro conocimiento de Dios y nuestro conocimiento del hombre y el universo? Esta interacción entre Dios trino y el hombre en este conocimiento, la denominaremos «epistemología teo-sistémica». Este sistema es el más amplio de los sistemas, donde se ve la interrelación del Creador con la creación. Cómo estamos hablando de epistemología y no de la defensa de la fe que es la apologética, hacemos, por lo tanto, una declaración de fe como sigue:
“Creemos en la existencia de un Dios personal, creador del universo y fuente de toda verdad quien se ha manifestado en lo que en la teología se denomina «revelación», siendo Jesucristo Dios mismo, la máxima revelación. Dios declaró una realidad y creó el universo con el poder de su palabra. Habló, y lo que no era fue creado. Podemos decir, en el lenguaje de Humberto Maturana,  que Dios «traza la primera distinción» en cuanto a toda la existencia. Con el lenguaje Dios establece orden y llena el vacío cósmico, dándole nombre a lo que distingue y así poder comunicar lo que está ahí. Y Dios nos entrega esta creación para que sigamos nosotros «trazando distinciones» como administradores de su creación. La capacidad de crear realidades dentro de la realidad creada por Dios es parte de nuestra naturaleza como sus criaturas creadas a imagen y semejanza de Él. Dios se reveló, se dio a conocer, en Su creación. Sin embargo, también nos dio un mapa, la Biblia, para entender bien lo que Él creó. Esta revelación de Dios se divide en «revelación general», refiriéndose a la creación y «revelación especial», refiriéndose a La Biblia. Estas dos formas de comunicar de Dios las podríamos ver como analógica y verbal.
El Salmo 19 nos dice: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos» —refiriéndose a lo analógico, la creación. Y también dice «la ley de Dios es perfecta, reviviendo el alma; los estatutos de Dios son confiables, haciendo sabio al sencillo. Los preceptos de Dios son rectos, alegrando el corazón; los mandamientos de Dios son puros, iluminando los ojos...» —refiriéndose a lo verbal, la Biblia. Estas revelaciones de Dios no se contradicen ya que vienen de la misma mente de Dios. El hombre, se aproxima a este conocimiento de Dios a través del estudio de su revelación. De la investigación de la revelación «verbal» de Dios se desprende la teología, y de la investigación de la revelación «analógica» se desprende la ciencia. Tanto la teología como la ciencia son interpretaciones o «captos» de los «datos» que tenemos de Dios. Dios es infinito, eterno, e inmutable. El hombre no lo es. Por lo tanto al hablar de «datos» entendemos aquello que no está afectado por la interpretación variable del hombre. Hay una distorsión que se da entre el «dato» y el «capto». Muchos hombres y religiones se han querido hacer dueños de la verdad, sin embargo solo Dios es dueño de la verdad, es el único con «objetividad sin paréntesis», los hombres todos hablamos desde la «objetividad en paréntesis». Cuando decimos, por lo tanto, que Dios es «la fuente de toda verdad» nos estamos refiriendo a todo lo que está sobre la línea divisoria del cuadro. Los datos, no los «captos». Las contradicciones y conflictos entre el conocimiento del hombre y el conocimiento de Dios las entendemos como un desacople del hombre causado por una tendencia a la autonomía reconocida en términos teológicos como «pecado original». La rebelión contra Dios del primer Adán (el «paciente índice») hizo que todo el sistema humano quedara desvinculado de Él, sufriendo las consecuencias de esta ruptura. Dios, sin embargo, proveyó en su propia carne a través de Jesucristo, «el segundo Adán» (el «cordero» expiatorio), la forma de reconciliarnos con Él y disfrutar de una vida plena y eterna. Dios tomó en cuenta esta distorsión en cuanto al conocimiento, y Jesús declara «Yo soy el camino, la verdad, y la vida, nadie viene al Padre sino por mí». Esta realidad hace que el hombre tenga que tener anteojos puestos en Él para tener la plena capacidad de conocer la verdad revelada por Dios. Por su gracia, Dios permite que conozcamos la verdad en Su palabra, usando estos anteojos y guiados por el Espíritu Santo. «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8.31–32).
6.-Conceptos básicos de integración entre la psicología y la fe.
1. «Toda verdad es verdad de Dios». De esta frase de Gary Collins entendemos que todo lo que es verdad, todo aquello que es cierto en el cosmos, esto proviene de Dios. Lo que el hombre descubre científicamente, mide y cataloga, pertenece a Dios. Porque es obra de Dios. Como vimos antes, «los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos» (Salmo 19.1). El hombre trabaja con «capital» de Dios. Y aunque el científico sea ateo, él existe, se mueve y descubre en el mundo que pertenece a Dios. Dios es autor de la revelación especial (la Biblia) y es el mismo autor (creador) de la revelación general o natural. Ya que Dios es el creador de todas las cosas, esto establece una unidad básica para toda la verdad, se encuentre en la revelación bíblica o en la experimentación científica. Cuando el psicólogo estudia al hombre, estudia una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. Si el científico es creyente en Dios, él va a reconocer la mano, la impresión de Dios en todo lo que descubre, y para él el mundo tendrá el sentido que le da la Palabra de Dios. Por su fe en Dios el científico cristiano puede confiar, como lo hizo Newton, en que el mundo funciona de acuerdo a leyes ordenadas y entendibles, porque su creador es un Dios así. El poder predecir y confiar en estas leyes «naturales» es la base de la ciencia. Por lo tanto, el cristiano puede estudiar el descubrimiento científico que hace un ateo y encontrar verdad de Dios en su descubrimiento, aunque el ateo diga lo contrario.
2. En el Señor Jesucristo se reconcilia la fe y la ciencia. Además de ser Dios el autor de la creación y la Biblia (donde se hace la ciencia y la teología) vemos que Cristo está estableciendo el Reino de Dios, uniendo lo que se había separado. El apóstol Pablo dice, «porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean potestades, todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas en él subsisten... por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz» (Colosenses 1.16–20). Dios ha tomado en cuenta la situación de distorsión creada por el pecado en el mundo y por lo tanto envía a Su Hijo para ordenar y darle coherencia a todas las cosas. Todas las cosas en él son coherentes o son puestas en orden. Cristo es Señor de la ciencia y es Señor del mundo espiritual. En su muerte en la cruz hace la paz e integra la creación con el cielo, la ciencia con la fe.
3. Toda verdad que nosotros podamos tener es verdad interpretada. Por lo tanto, para «captar» los «datos» con la mínima distorsión posible es necesario tener un doble cuidado: una revisión epistemológica del método científico empleado en el hallazgo de los datos, y por otra parte, una revisión de la hermenéutica utilizada en la interpretación del texto bíblico. La verdad pasa por un cedazo contaminado por el pecado humano, lo que entorpece una interpretación sana tanto al exégeta de la Biblia, como al científico cuando hace investigación y teoriza acerca del mundo. Toda verdad es de Dios. Pero no todo lo que se hace pasar por ciencia o teología lo es «evitando... los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe» (1 Timoteo 6.20–21). Si se interpreta este pasaje con una sana hermenéutica, se descubre de inmediato que el apóstol Pablo no está hablando del método científico (en aquella época no existía) por el contrario, en el contexto, se aprecia que algunos maestros herejes discutían con «pláticas vanas», profanas y legitimaban sus argumentos llamándolos «ciencia». Nuestras interpretaciones de la Biblia son mapas, no el territorio mismo. La Biblia es absoluta, nuestra lectura de la Biblia no lo es. Es bien sabido que dos teólogos de buena fe pueden llegar a interpretaciones radicalmente distintas. La Biblia es inspirada e infalible como regla de fe y práctica, pero eso no significa que nuestras interpretaciones sean inspiradas.
4. Los significados del lenguaje bíblico y los lenguajes interpretados (tanto teológico como científico) no son del todo equivalentes, por lo tanto necesitamos poner mucho cuidado en no confundirlos. A modo de ejemplo, si una persona busca psicoterapia o salud mental, la psicología puede ofrecer algunos elementos de ayuda y clasifica los trastornos mentales. La Biblia también ofrece sugerencias de orden espiritual que acarrean salud, y describen también, comportamientos que estropean la felicidad humana y otorga nombres a estos pecados. Ambos lenguajes son similares y potencialmente integrables. Existe toda una serie de ejemplos: narcisismo / orgullo, empatía /compasión, asertividad /dominio propio, valoración incondicional / gracia, psicoterapia / consejería, psiquismo / corazón, psicosis / posesión demoníaca, «la caída» / la pérdida de la unidad en el seno de la personalidad, «la redención»/la restauración de nuestro sentido de identidad, etc. Sin embargo, es claro que los significados de estos lenguajes no son equivalentes y los métodos de obtención de estos conocimientos son claramente distintos. Por lo tanto, necesitamos revisar cuidadosamente ambas fuentes. Esta no es una tarea fácil. En realidad anhelamos la segunda venida de Cristo cuando no habrá más distorsión. Pablo nos dice «Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido» (1 Corintios 13.12)
5. No se nos ha dado toda la verdad. No solo vivimos con el hecho de que lo que vemos nos llega en forma opaca, sino que también no tenemos toda la verdad. Hay cosas espirituales, por ejemplo, que Dios no nos ha revelado en su totalidad. Hay verdades bíblicas que superan la comprensión humana, como el misterio de la personalidad trinitaria de Dios. No es racional su entendimiento, porque el hombre está limitado para entenderlo, lo cual no significa que sea irracional o una locura. Dios no nos ha dicho todo en las Escrituras, en las palabras de Francis Schaeffer «no tenemos conocimiento exhaustivo, pero si tenemos un conocimiento verdadero». El conocimiento que se nos ha revelado es confiable aunque no sea completo. La Biblia dice: «Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley»(Deuteronomio 29.29). Este principio pone límites respecto a la posibilidad de integrarlo todo
7.-Fundamentos epistemológicos de la ciencia.
La ciencia se ha transformado para nuestra sociedad actual en una ideología y criterio de verdad indiscutible. Sin embargo, la ciencia no es objetiva. Como nos dice Humberto Maturana: «la realidad se nos ofrece solo como una posibilidad de objetividad entre paréntesis». Y Alfred Korzysbski: «el mapa no es el territorio». Estos mapas son modelos que están tamizados por filtros culturales, sociales, y psicológicos. En consecuencia, cuando un científico hace una afirmación acusa T.S. Kuhn, lo hace en paradigmas o culturas científicas compartidas. La ciencia presupone «por la fe» la posibilidad de la existencia de una realidad externa positiva y objetiva. La ciencia es predictiva porque presupone que el cosmos se comporta en forma regular, legal, armónica, e incluso con exactitud matemática. Newton, porque creía en un Dios creador de orden, pudo establecer leyes exactas como la de gravedad. A pesar de que la ciencia se presenta a sí misma como un cuerpo de conocimientos científicos rigurosos, objetivos, analíticos y sistemáticos, muchos descubrimientos se hacen por simple azar. El descubrimiento de la radioactividad y la penicilina son ejemplos de esto. «La rigurosidad del método científico se limita inversamente proporcional al nivel de ascenso de la categoría ontológica del objeto de estudio». La ciencia y su método experimental es aplicable con gran rigor en la categoría ontológica inferior. En este estrato la física y la química han alcanzado éxitos indiscutibles. Estas ciencias han establecido leyes universales, válidas, exactas, verificables y predictivas. En la categoría ontológica inferior, de la materia inorgánica, el científico puede hacer aseveraciones «científicas». No obstante, al subir a un estrato inmediatamente superior, a la materia orgánica, se introduce el complejo fenómeno de la vida, el objeto de estudio científico se complica mucho. El conocimiento científico no puede hablar del amor, de los valores trascendentes, y de cómo se vive la vida con sabiduría. Dios desde la eternidad supo siempre que esto sería así. De manera que nos habló a través de su Hijo de aquello que el hombre nunca llegaría a conocer. Nos legó la revelación especial, su Palabra, que suple la ignorancia en las cosas importantes que al método científico le está vedado descubrir. En consecuencia, ciencia y fe son compatibles, suplen espacios convergentes del saber humano. Ambas perspectivas tienen límites, y lagunas de conocimiento. La Biblia no dice nada sobre mecánica, de informática o de matemáticas. Sin embargo, no hace falta. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Lo hizo también creativo y le dejó la comisión de señorear, administrar, descubrir y crear. Y el hombre lo ha hecho. Este producto histórico del devenir humano es la cultura. Pálido reflejo de Dios, pero finalmente es don proveniente de Dios. La ciencia es un «mapa» de la realidad empañado por el pecado. (1 Corintios 13.12).

CONCLUSIONES
Al finalizar esta monografía, se valida una vez más que el conocimiento de Dios y de la Biblia le permiten al cristiano contar con una cosmovisión que lo habilita para integrar los aportes que provengan de las ciencias bajo el modelo de que toda verdad proviene de Dios.
Resulta muy interesante poder entender más la polaridad producida y porqué todavía existe tanta resistencia a escucharse entre el campo de la psicología y la iglesia cristiana conservadora, dados todos los obstáculos que se han presentado para  poder integrar la psicología con la fe, las razones por las cuales muchos cristianos conservadores han rechazado la psicología, y los elementos del fundamentalismo evangélico que han mantenido esta distancia a través de los años.
No obstante sigue siendo  un gran desafío para las personas que se ejercitan compartiendo el consejo bíblico y practican la consejería pastoral, integrar psicología y teología.
 Dios es el que controla la vida de sus hijos y los fortalece a través de la obra del Espíritu Santo en sus corazones. El líder cristiano, necesita dejar sus posturas controladoras y reaccionarias y aceptar con respeto lo que Dios hace y dice a través de otros cristianos, e incluso a través de personas no cristianas. Para esto necesitamos entender que hay Verdad de Dios a la cual otros también tienen acceso.
Por tanto, se concluye que definitivamente la ciencia psicológica puede sernos muy útil para la tarea pastoral, es regalo de Dios, aunque tenga sus limitaciones. Debemos usarla, amarla, y filtrarla.

BIBLIOGRAFIA.

Psicología. Conceptos psicológicos practicos para el obrero cristiano.
Psicologia Pastoral:  Capacitando a lideres cristianos para la tarea de aconsejar a personas con conflictos y problemas.
Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos.
Felipe Cortes, Ricardo Crane, Vladimir Rodriguez y Jorge Sobarzo.
UNILIT- Colombia, 2003.
Aconsejamiento Pastoral. Curso de Formación Ministerial: Consejeria.
Bernardo Stemateas.
CLIE- USA, 1995